Un giro de 180º a una casa de los años 70: luz, eficiencia y conexión con el exterior, transformados con criterio y respeto.
Este unifamiliar, situado en la ribera del Ebro navarro, partía de un diseño tradicional que se ha convertido en una vivienda moderna, luminosa y sostenible. Con un proyecto basado en el estándar Passivhaus, se ha mejorado su rendimiento, aumentando el confort y reduciendo el consumo energético de manera espectacular.
Se ha realizado una reforma integral que incluye:
- Apertura de nuevos huecos de ventana al sur, «metiendo» el jardín dentro de la cocina y el salón.
- Una nueva distribución que separa claramente la zona de día de la de noche, situando la entrada directamente en el área común y eliminando recorridos por zonas privadas.
- Instalación de un gran ventanal elevable que conecta la cocina con el porche exterior, integrando interior y jardín.
Para lograr el rendimiento Passivhaus en una construcción ya existente, el equipo técnico pudo mantener casi toda la altura original (2,35 m en zonas principales) y solo redujo 1,75 m² por espacios de aislamiento —un logro en una vivienda de 130 m² útiles.
Eficiencia real y sostenible
El sistema térmico combina varias tecnologías:
- Aislamientos eficientes: PIR en suelos y techos, y aislantes reflexivos en pilares, logrando el nivel térmico requerido con espesores mínimos.
- Un programa de ventilación continua con recuperación de calor, esencial en Passivhaus, que asegura aire fresco, limpio y sin corrientes.
- Esta atención al detalle permite mantener una temperatura confortable incluso en invierno, con un consumo de solo 98 € durante el invierno de 2020–21.
- Además, el edificio cuenta con placas fotovoltaicas de 2 kW para agua caliente, iluminación y electrodomésticos, reduciendo prácticamente la dependencia de combustibles fósiles.
Materiales y detalles constructivos
- Se optimizó la altura interior redirigiendo instalaciones por el espacio entre tejado y forjado, sin restar metros útiles.
- Las juntas de pasos de instalaciones fueron hermetizadas con tableros SUPERPAN, garantizando ausencia de puentes térmicos.
- Las ventanas se seleccionaron en color antracita, con persianas plata, para resaltar el volumen del edificio.
- Los baños combinan un revestimiento vertical en tonos terracota con un suelo de baldosa hidráulica decorativa, logrando un efecto cálido, actual y con mucha personalidad. La geometría del pavimento y la luz natural amplifican visualmente el espacio, aportando frescura y estilo sin sobrecargar.
- El exterior cuenta con un porche elevado protegido por barandilla de forja y pasamanos inoxidable, y con pavimento de hormigón impreso tratado con resina acrílica, resistente con el paso del tiempo.
- La piscina está revestida de gresite luminoso, que mantiene su color y brillo incluso sin sol directo.
Resultado: una vivienda rehabilitada que combina tradición y modernidad, sostenibilidad y confort, sin renunciar a espacio, luz ni diseño. Una reforma con alma, responsable y perfectamente pensada para vivir hoy y mañana.